martes, 29 de julio de 2014

Mamá

Mamá mírame y dime que no te estás marchitando lentamente. Acurrucarme en tu pecho como hace años cuando todavía creía en cuentos de hadas y monstruos de armario.
Puedo ver el dolor de mis ojos en el espejo y tú puedes ver tu propio dolor reflejado en los míos.
Somos pequeñas gotas de agua que se mueren al llegar al final de tus labios y un pequeño susurro que nace desde lo más profundo de tu alma.
Las llamas se convierten en ceniza Mamá y tu te vuelves polvo en medio de unas paredes de madera.
¿Por qué estás ahí encerrada? Tu lugar es el mar y la luna, viendo tu cuerpo meciéndose al compás de las olas.
Cambiaremos los puestos y serás libre, no me importa esperar una eternidad para poder volver a aspirar el olor de la vida mientras tú lo respires por mi.
Me arrepiento de no haber dicho tantos ''te quiero'' que me guarde o ''lo sientos'' que el orgullo me hizo tragar, hoy es muy tarde porque tú ya no oyes estas palabras mezcladas con melancólicos sollozos.
No. Ya es tarde para hablar.

Blue. @ElDiarioDeBlue


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