domingo, 31 de mayo de 2015

Una noche frente a mi ventana

Sonaba de fondo su canción favorita con esa melodía de piano que tanto le hacía delirar pero esa noche ella no quería bailar...esa noche su canción fue el pañuelo que trataba de secar todas las lágrimas que el mundo ponía en sus ojos.
Buscaba una salida en el pequeño apartamento que habitaba como si hubieran dejado de existir las puertas o la llave estuviera escondida entre la arena de sus desgastadas botas.
Quizás las ventanas parecían más atractivas con sus cristales transparentes y sus gotas pasajeras, reflejando el silencio de la noche, quizás solo necesitaba dormir y no pensar, quizás eso hubiera sido una buena idea...quizás.
Se perdió en su mente por horas pero el reloj jamás sonó dando las doce, no había Cenicienta de regreso a casa porque nunca hubo baile al que asistir.
No tenía a quien culpar ni a quien abrazar, su llanto nunca tuvo consuelo y ella lo necesitaba tan febrilmente, maldita sea.
Y cuando se pudo levantar rompió el cristal con su cuerpo y por fin, se sintió libre, y voló, entre el cementerio estrellado y la verdad, no le importó.

Un día como otro cualquiera al despertar, buscó vendas para unir los cristales de la ventana que la hizo soñar.
De nuevo.

Blue. @ElDiaroDeBlue



domingo, 3 de mayo de 2015

Querida Julia:

A veces vuelvo la vista al cielo y me pierdo en los luceros de la noche intentando unir los puntos para formar una sonrisa e imaginar que es la tuya, orgullosa de lo que nos hemos convertido.

Quizás si, quizás no.

Recuerdo mi niñez y como me gustaba soñarte, creer que al despertar estarías a mi lado contándome un cuento. Aprendí a vivir con tu recuerdo, no lo entendía, te marchaste un buen día sin decir adiós, sin darme la oportunidad de ser mejor persona y mostrártelo.

Dolió ¿sabes? Pero ese dolor se fue transformando hasta componer buenos recuerdos, sería pequeña pero...siguen en mi mente al igual que tú.
Sigo llorando por la noche fantaseando, y siempre me hago la misma pregunta...¿qué hubiera pasado si siguieras aquí todavía?

Ahora lo entiendo, nacemos con un cometido o eso dicen, supongo que el tuyo siempre fue el de hacer feliz a la gente.
Ahora lo entiendo, no lloramos por el difunto, lloramos porque desaparece de nuestras vidas para siempre, porque nos quedamos solos y desamparados con respecto a su amor...se crea un vacío que solo esa persona puede volver a llenar. Lloramos porque nos gustaría volver a oír tu voz...

Y es que a veces la pena es mayor que cualquier otro sentimiento, me encomendé a ti tantos crepúsculos, con propósitos a veces tan...estúpidos - las personas no vuelven a la vida por mucho que las añoremos y roguemos. -.

Pero, estés donde estés, ten por seguro que todos nosotros continuamos viendo tu sombra en la lejanía, sintiéndonos afortunados de haberte conocido, sabiendo que tus brazos siempre estarán envueltos a nuestro alrededor dándonos el calor que tanto necesitamos en los días fríos.
Te quiere, A.

Blue. @ElDiarioDeBlue.



sábado, 2 de mayo de 2015

Red Dress



Ella llevaba un vestido rojo, y mezclado con su cuerpo era fuego. Una desconocida encantadoramente callada, paseaba su mirada entre los rostros de la gente buscando, quizás, unos ojos que pudieran acallar el miedo de los suyos.
Parecía segura cuando sostenía esa copa de vino, parecía sensata cuando se rehusó a bailar, parecía tan frágil cuando se abrazó a sí misma en busca de calor, sin embargo no se desprendía de la barandilla del balcón. Muy en el fondo conocía a esa mirada perdida.
Me acerque a ella y le tendí mi chaqueta, ella amablemente la rechazó y volvió la vista al infinito estrellado sobre nuestras cabezas. Ella pensó que yo me marcharía, que la dejaría congelando su tiempo y huesos. Ella no me conocía.
Con cuidado coloqué la chaqueta sobre sus hombros, recibí una mirada de asombro por su parte, esta vez no hubo negación si no que se aferró a la prenda con fuerza como si la tela fuera su único consuelo.
De sus labios salieron unas palabras ''¿Por qué?''. Su voz era tan suave y serena como prometía ser y pensé ''¿Por qué?'' Ni siquiera yo lo sabía. Tarde el tiempo necesario como para que posara sus iris oscuros en mí, me permití apreciar cada pequeño detalle de su blanca piel, conté cada lunar haciendo en total seis y después hablé ''Eres la desconocida del vestido rojo con seis lunares en su rostro y que trata de buscar otra mirada para ahuyentar a sus demonios. Eres el fuego que esta noche se está extinguiendo bajo las estrellas, solo, no quería que ese fuego se apagara.''. Cuando dí todo por perdido, ella bajo la mirada y sonrió ''Siempre fui transparente para los ojos curiosos.'' ¿Curiosos? Si, quizás fui un curioso buscando saber más de la chica.
Al dar las doce el vestido rojo desapareció y con él, ella. Fue algo así como un pacto con Cenicienta pero esta vez sin zapato que devolver.
Espero que al menos conserve la chaqueta que le dio calor esa invernal noche, quizás ese fue nuestro zapato de cristal.
Jamás volví a saber de la chica del vestido rojo con mirada oscura...pero algo en mi me decía que nos volveríamos a reencontrar.

Yo seguía siendo un curioso y ella seguía sosteniendo mi chaqueta.


-O-

Espero que os hay a gustado esta pequeña narración. Votad y comentad. ¡Gracias!

Blue. @ElDiarioDeBlue