Buscaba una salida en el pequeño apartamento que habitaba como si hubieran dejado de existir las puertas o la llave estuviera escondida entre la arena de sus desgastadas botas.
Quizás las ventanas parecían más atractivas con sus cristales transparentes y sus gotas pasajeras, reflejando el silencio de la noche, quizás solo necesitaba dormir y no pensar, quizás eso hubiera sido una buena idea...quizás.
Se perdió en su mente por horas pero el reloj jamás sonó dando las doce, no había Cenicienta de regreso a casa porque nunca hubo baile al que asistir.
No tenía a quien culpar ni a quien abrazar, su llanto nunca tuvo consuelo y ella lo necesitaba tan febrilmente, maldita sea.
Y cuando se pudo levantar rompió el cristal con su cuerpo y por fin, se sintió libre, y voló, entre el cementerio estrellado y la verdad, no le importó.
Un día como otro cualquiera al despertar, buscó vendas para unir los cristales de la ventana que la hizo soñar.
De nuevo.
Blue. @ElDiaroDeBlue
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