Yo solía ser la chica tímida con su mejor amiga. La chica que lloraba por ver la parte triste en una película de Disney. La dulce y despreocupada.
Yo solía tener muchas cartas sobre la mesa que poco a poco fueron desapareciendo por falta de entendimiento, por falta de habilidad, de necesidad.
Crecí, y lo que antes me alegraba desapareció. Contar las estrellas no era divertido si lo hacías sola. Dormir a oscuras dejo de ser un problema, es más, la puerta cerrada evitando intrusos pero la ventana siempre abierta aunque fuera invierno.
Ya no quería manos sujetando la mía, ni llegar a casa temprano, ni viajar en verano. Me resigne a perder.
Me encerré en mi fortaleza de cristal, y dentro de mi creció un amor por la música que siempre era acompañado por mis palabras. Cada día la idea de salir y enfrentarme al mundo era más ridícula que el día anterior. Y terminé siendo una cobarde, enjaulando a mis demonios momentáneamente, frente a todos, bajo la cárcel de mi sonrisa. Me hundí a mi misma sin ser consciente de ello.
Y un día casual tropecé con la caja donde antaño guardé todo lo que ''más amaba''. Confundida encontré nuevas o quizás antiguas cartas que jamás fueron vistas por mis ojos. Y entonces, en ese preciso instante, lo entendí.
Blue. @ElDiarioDeBlue
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