Fue una niña,
nacida en familia
pobre.
Siendo cinco y ella
la segunda.
Guió sus pasos por
buenos caminos,
sujetando con fuerza
la mano de su madre.
Y es que su
progenitor
no veía la luz en
esa brillante mirada.
No, él no veía el
alma luchadora
solo rasgos
femeninos,
manos de polvo
y rodillas frías.
Sin medios ni
botones de oro,
trazó lazos y
direcciones.
Cada momento se
lleno de ella,
de sueños
imposibles.
Siendo feliz,
sintiéndose libre.
Conoció a la flecha
equivocada
de Cupido.
Pero eso ella, no lo
sabía...
Visitó dos veces el
hospital,
con prisas y
dolores.
Y una tercera que
bien yo recuerdo,
aunque nunca estuve
allí.
Una tercera en la
que creía morir,
donde pude sentir a
la confusión
caminando hacia mi
y a las lágrimas
brotando de mis ojos.
Fue botella de cristal y
un ''trás pies''.
O al menos eso me
decían.
Los días seguían
gastando estaciones,
largas tardes de
otoño,
frías noches de
invierno.
Y cada catorce de
Febrero
las horas se vuelven
razones,
y ahora son
cincuenta argumentos más
para seguir
queriéndote,
observándote desde
el ángulo oscuro
de mi cama.
¿Qué más decir?
¿Cómo explicar que
no hay coronas
ni medallas que
igualen tu valor?
¿Qué no hay precio
más caro a pagar
que el de tu
ausencia?
¿Cómo hablar si
las palabras
se quedaron
mudas...?
Blue. @ElDiarioDeBlue
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